viernes, 11 de marzo de 2016

Abandonar el euro es el camino más rápido para que España alcance el pleno empleo

CARLA PEREZ SODRIC 1BSA

Las elecciones de diciembre en España fueron la prueba, si alguien la necesitaba, de que la lucha por el futuro económico y social de Europa está lejos de llegar a su fin.
Por primera vez en tres décadas, ninguno de los dos grandes partidos que han gobernado en España desde su transición incompleta a la democracia ha sido capaz de formar una coalición de gobierno. El partido de derechas en el gobierno en funciones, el Partido Popular (con raíces en la dictadura fascista de Francisco Franco) sigue siendo el partido con mayor presencia en el Congreso, pero su representación se ha reducido un tercio.
Al partido de centro-izquierda (PSOE), que perdió su mayoría frente al PP en 2011 por su respaldo a la austeridad, le fue incluso peor. Muchos de sus antiguos votantes fueron a parar principalmente a Podemos, un nuevo partido de izquierda, con menos de dos años de vida, que nació de las masivas protestas contra la austeridad.
Podemos sorprendió a los gabinetes demoscópicos y a la mayoría de los medios de comunicación al conseguir el 20,7% de los votos, a sólo 1,3 puntos del PSOE. El PP obtuvo el 28,7% y un nuevo partido, denominado Ciudadanos, que algunos han calificado como 'el Podemos de derecha', obtuvo el 13,9%.
La agitación política que rompió el sistema bipartidista en España forma parte de un proceso en curso que ha asediado a los gobiernos europeos desde la recesión mundial de 2009. Se estima que el PIB de los diecinueve países de la Eurozona ha crecido un 1,5% en 2015; algunos pueden haber pensado que una recuperación económica tan débil y la capitulación del gobierno griego ante las demandas europeas el pasado julio marcan el principio de una solución al malestar económico de Europa.
Esto todavía dejaría una multitud de problemas, tanto reales como sobredimensionados: la crisis migratoria, el terrorismo, el referéndum propuesto en Reino Unido sobre la pertenencia a la UE. Pero el problema económico está en el centro de la mayor parte de problemas y puede dificultar considerablemente su solución. La llegada de hasta un millón de inmigrantes a una población europea de más de 503 millones de personas no sería tan volátil políticamente si la región no conociera además un desempleo masivo y una inseguridad económica prolongada.

OPINION PERSONAL
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Lo único que salva a España es que los corruptos devuelvan lo robado, las multinacionales y empresas del Ibex paguen impuestos como los demás, y el trabajo negro sea castigado con penas más duras, tanto económicas como de cárcel. Con estas tres medidas España tendría una de las mejores economías de Europa, lo que pasa es que nadie quiere enfrentarse a la realidad

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